Una vez tuve un sueño.

Una vez tuve un sueño,

soñé que alguien me decía,

que en el fondo de mi vientre un corazón latía.

Pronto me di cuenta que no era fantasía,

que mi sueño tan deseado, en realidad se convertía.

Y esperé con paciencia, anhelando ese día,

en que pudiera conocerte

y explotar de alegría.

Ahora estás en mis brazos

y agradezco cada día,

por el mejor de los regalos

que me han hecho en esta vida.

Lulyta se llama mi sueño,

Lulyta es toda mi vida,

Lulytaes mi niña amada

y mi eterna alegría.

Amo observar tus ojitos

que me miran con dulzura

y esa sonrisa suave

que demuestra tu ternura.

Me gusta cuando te mueves,

cuando duermes y respiras,

cuando lloras y te ríes, cuando tan solo escuchas.

¿Sabes chiquita mía?

Eres todo en mi vida y eres por supuesto,

mi felicidad compartida;

eres un ángel del cielo

que ha caído en mis brazos un día,

y desde ese día supe que jamás te dejaría.

Que estaremos juntos siempre

aprendiendo a caminar por la vida,

y te conduciré cada día por el camino de la verdad,

por ese camino bueno

que haré que tu alma vibre de felicidad,

porque serás mi bebé,

Te lo repetiré una y mil veces,

nunca te alejes del cielo,

porque aunque parezca lejos,

entre nosotros lo tenemos

y Dios nos muestra día a día

que no es complicado tenerlo,

solo basta el amor y la bondad,

la solidaridad y el respeto, la verdad y la humildad

y ese cariño sincero, que te dará tantas risas,

tantos amigos y afectos.

Y yo amorcito mío,

entregaré mi vida a tu crecimiento,

te enseñaré a reír y a llorar,

a hablar y caminar;

correrás a mi lado cuando tengas miedo

o cuando solo quieras jugar.

Nunca temas mi Lulyta,

porque siempre estaré contigo

y cuando el dolor invada tu alma,

recogeré tus espinas,

liberando tu corazón de aquello que te lastima.