Tu partida.

Siento mi alma desmoronarse, 
como uno a uno van cediendo 
los segundos del tiempo 
mientras aguardo el momento 
en que te irás, 
deseo con toda el alma detenerte, 
pero no es justo, 
no debo, no puedo.

Quiero verte crecer, 
quiero tomar en mis manos 
el capullo vuelto mujer, 
ansío que triunfes, 
que sigas tu camino
aunque ahora te separes del mío.

Solo el tiempo,
la distancia y mi perseverancia
por estar junto a ti, 
me dirán si conmigo
serás feliz 
o si es tarde ya 
para continuar 
lo que tardo empezó.

Sé que la espera es larga
y estoy conciente del riesgo que conlleva, 
mientras yo por acá construya mi destino
tu en San Luis auscultarás el tuyo, 
sabrá Dios si vuelva a estar en tu camino, 
sabrá el destino si seré el constructor de tus sueños,
si algún día podré crear 
grandes obras con la inspiración sublime que tengo de ti…

Veo tan lejano el día
en que mis labios al fin 
puedan tocar los tuyos, 
si llegase ese momento 
sería indescriptible. 
Extraordinario, jamás imaginado
pues está más allá 
de lo que mi mente enamorada puede sentir, 
tocar, más sin embargo es tanta mi necesidad 
de probar tu exhalación 
que a pesar de no ser sujeto 
del conformismo común, 
doy entera mi vida 
sólo por un suspiro tuyo.

No sé si podré algún día 
cimentar nuestro futuro,
porque cada metro cúbico 
de mi vida parece estar sacado
de tu habitad, 
porque somos tan semejantes
aunque aún no te des cuenta.
Solo espero que no sea tarde, 
que el reloj se detenga 
antes de mi ocaso, 
porque en el día en que de ti 
pueda librarse mi recuerdo 
indiscutiblemente en ese instante empezaré a morir…